miércoles, 18 de mayo de 2011

Un recuerdo

Y la música seguía... Era agradable estar a tu lado, era agradable estar al lado de un cuerpo caliente y vivo que latía contra mi oído. La vida siempre debería ser así de sencilla, como en este instante, así de plácida, así de intensa, sintiendo lo que uno mismo quiere sentir, acompañado por quien uno quiere dejarse acompañar, escuchando la música que uno quiere escuchar, deseando lo que se quiere desear, consiguiendo, al fin, todo lo que quería conseguir sin saberlo. Nadie pediría después nada, nadie recriminaría nada. ¿No era esto una forma de entrega mayor aún que el amor?